Aunque ya tenía esta autobiografía en inglés desde hace tiempo es estupendo tenerla traducida al castellano. Como en sus actuaciones durante décadas Robinson este libro está impregnado de su humanidad. Consciente de su grandeza pero con humildad y sinceridad es fabuloso recorrer su vida y su carrera con un buen puñado de anécdotas y detalles sobre su vida privada.
Ananda ha visto su tremendo esfuerzo al fin tener su recompensa y ver publicada su traducción, que puede encontrarse en:
https://www.casadellibro.com/libro-todos-mis-ayeres/9788412764260/15877910
https://amzn.eu/d/2Ojx3FM
Unas palabras de la autora de esta traducción, que muestra su dedicación por este tipo de cine inmortal con un trabajo a la altura de las circunstancias:
Es un honor tremendo contar con la colaboración de un gran amante y conocedor del cine clásico como Gonzalo. Tu gran labor de difusión y conocimiento es loable, todo un oasis de información bien redactada y condensada con las palabras exactas que huyen de la desinformación.
Como era debido, fuiste una de las primeras personas con las que la compartí cuando mi única pretensión era facilitar su acceso para mis amistades y allegados cinéfilos. Pero en ella atisbé la oportunidad de reivindicar la desdibujada figura de Edward G. Robinson en el imaginario colectivo de este país como la de un, eso sí, buen actor pero que no pasaba de secundario en papeles de tipo duro. Fue así como «Todos mis ayeres» se convirtió, como indico en la introducción que precede a las palabras de Robinson, en una traducción en pro de un legado. Un legado que tú también has sabido mantener vivo gracias a este blog.
Al igual que recoges en tu página, no sólo existía el actor, también estaba el hombre: Robinson, pero también Goldenberg. Su labor humanitaria y como mecenas de las artes resulta igual de fascinante que su talento como actor. Una faceta mucho menos conocida a la que ahora tendrá más fácil acceso la comunidad hispanohablante.
Frente a todos estos motivos, me sobraban razones para luchar durante más de un año hasta por fin encontrar un editor. Lugares como esta página y personas con tu entusiasmo me ayudaron a no desfallecer en el camino. Hoy todos estos esfuerzos empiezan a dar frutos con la publicación del libro, pero su verdadera recompensa está en los lectores, pues en ellos reside la llama que mantiene vivo el recuerdo, la admiración y el cariño por Edward G. Robinson. Esta es mi forma de unirme a ellos en un compartido clamor: «Eddie, donde quiera que estés, sigues siendo recordado, admirado y querido».
Ananda Segarra
Ananda también tiene un canal YouTube donde aporta material muy interesante.